apunte preliminar
En medio de un debate sobre migraciones internacionales, me voy a explorar brevemente algunas cuestiones conexas -a la de la migración intenacional-, para mirar desde otros ángulos estas cuestiones.
En primer lugar, están las fronteras. Internacionales o sea entre dos -o tres naciones, como en Iguazú-. Pero las naciones muchas veces son muy recientes -otras veces no, son milenarias como India, China, Tibet-. Otras veces las naciones incluyen otras en su interior (que pueden ser comprendidas por más de una nación incluyente, como en la anterior Yugoslavia). A veces por la fuerza, como Tibet en China. Además está el caso de las supra-naciones, como la Unión Europea, donde las fronteras internacionales son blandísimas, especialmente en lo que hace a las migraciones. Por ejemplo, si un extra-Unión europea (como un georgiano o un azeibeidjano) entra en Polonia, luego pasa de nación en nación adentro de la Unión sin exhibir documentos.
Entonces, las naciones son -y seguirán siendo- muy distintas entre sí. Y seguirán cambiando. Las fronteras también.
Una vez estaba en una ciudad llamada Birganj en el sur de Nepal. Cruzamos la frontera con la India, que no se sabía bien dónde estaba (ni la frontera ni la India). Lo que había era lugares para estacionar camiones, camionetas, rikshaws, carros de mano parea cargas, taxis, moto-taxis, motobuses, buses -y me quedo corto en la enumeración de tipos de vehículo. Y había una ruta que atravesaba "la frontera" (que es una línea en el mapa). Caminando, entramos en una ciudad de la India, que se llama Raxual. Por ahí, al lado de la ruta, había una especie de puesto con uniformados de la India (del lado de Nepal no había visto nada). A mí, pelirrojo, me llamaron, creo que mostré mi documento y hablamos -en inglés, que es la lingua franca de la India, donde se hablan decenas de lenguas y cientos de dialectos diferentes-. A Fabiola, morocha, no le prestaron la menor atención. A través de la "frontera", pasaban multitudes que recorrían la carretera, incluyendo cientos y cientos de los más diversos vehículos. Por ejemplo: un rickshaw donde estaba sentado un elegante hombre joven vestido de traje blanco, que fumaba ostensiblemente marihuana. Eso es lo que se llama, técnicamente, una "frontera porosa". Y los que transitan a través de la frontera no son "migrantes". Son "transeúntes". Por supuesto que debía haber muchísima gente viajando entre los dos países. Por ejemplo, llevando niñas para ser vendidas, como esposas o como prostitutas. O también a casarse en un arreglo menos violento, junto con toda su parentela. Otros ejerciendo una gran diversidad de actividades comerciales: desde las más concentradas y capital-intensivo (en grandes camiones fabricados por la empresa india Tata, que todos conocemos, con sus motores Mercedes Benz de Alermania, camiones que se ven por la mayor parte del Asia oriental), hasta las más dispersas y trabajo-intensivo (en carritos de tracción humana). Desde las de escala más local, para el pequeño territorio formado por las dos ciudades y su área rural inmediata, hasta las más trasnacionales.
Un territorio -con bastante homogeneidad ecológica y una identidad cultural diversa pero consistente- con una frontera internacional super-porosa atravesándolo. Si encuentro alguna foto, la incluiré próximamente en mi lugar en Panoramio.
Otra vez, estábamos pasando de Nepal al Tibet. Desde un pueblito muy pequeño, en medio de la montaña, la fron tera etra un río y el gigantesco paredón natural, de casi mil metros, que bordera la inmensa meseta tibetana. Para entrar en el Tibet -y en China-, hay que cruzar un río por un puente. Todos, caminando. No había vehículos, porque era invierno y en esa época la frontera chino-tibetana está cerrada (por las normas chinas). Cruzaba bastante gente -mucho menos que en mi ejemplo anterior- y entre ellos, unos seis "turistas", europeos y australianos, además de -Fabiola y yo-. Nuevamente, mi fenotipo alertó al hombre uniformado -que en este caso estaba sentado delante de un pequeño escritorio al aire libre al terminar el puente del otro lado del río, quien gritó algo -¡en chino!-, yo me quedé con él hasta que nuestro "guía" vino a buscarme junto con alguien que nos esperaba en una 4*4 (Tata) desde China-Tibet. La carretera, allí, estaba al pie de la meseta y había una feria donde iban a comprar los nepalíes que llegaban a la frontera en tour de compras. Allí empieza Khasa, una ciudad chino-tibetana (http://www.panoramio.com/photo/3103595). Me hizo acordar a algunos lugares de la frontera argentino-boliviana donde, durante el uno a uno, iban numerosos tours de compras argentinos.
Este es otro territorio, en los Himalayas, atravesado por el borde entre la meseta y el terreno montañoso, que coincide con la frontera internacional, entre dos nacionales fuertemente diferenciadas culturalmente entre sí (China y Nepal) una de las cuales a su vez contiene una nación (Tibet) complementaria culturalmente con Nepal e India. Una frontera dura. No tan dura como la de Norteamérica y México, donde la primera está necesitando construir ahora un muro artificial.
Naciones, fronteras, territorios. Y diferencias.
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