El 5 de agosto, Jorge Stange escribió:
Mario:
Las fotos que envié eran sólo para contestar la idea de que los piqueteros argentinos son malos y groseros porque cortan el tránsito (quizás no tengan razón, pero no porque cortan el tránsito, quizás tengan razón, pero nuevamente no porque cortan el tránsito ¿y si lo dejaran de cortar? tampoco pasarían a tener razón o a dejar de tenerla). Lo que intento que se vea es que hubo y hay piqueteros en todas las latitudes (lo que debería ser fácil de entender porque el piquete es sólo una forma de luchar).
Si a alguien no le gustan los piqueteros argentinos, no tiene más remedio que decir por qué motivo esencial no le gustan, no recurrir a un argumento emocional cualquiera.
A mí en estas conversaciones muchas veces me da la sensación que se procede en forma aristotélico-marketinera: primero se elige qué es lo que gusta o no, y luego se empiezan a buscar argumentos racionales (o pseudoracionales) para justificar por qué no gusta o porque sí gusta.
A mí me parece que se debe proceder a la inversa: se deben analizar los hechos y después juzgar (y por esos hechos, no por cualquier cosa) y además, las razones que se invocan, aplicadas a casos opuestos deben producir los mismos resultados (sino las razones que se invocan no son las causas que producen los efectos que se analiza) -ojo: no estoy diciendo que no haya retroalimentación, es decir que los efectos no influyan en las causas, ni tampoco que la forma como algo se hace no tenga ninguna relación con lo que se hace, y a veces en forma muy íntima-.
Como no sé si alcanzo a transmitir lo que quiero transmitir (aquí a veces me tengo que detener para aclarar que estoy diciendo lo que estoy diciendo, no otra cosa, es decir, no estoy queriendo decir que mis interlocutores son tontos y no entienden -si así fuera diría eso y no lo que estoy diciendo-) digo, entonces, que como no sé si lo consigo transmitir voy a dar un ejemplo:
Si a mí no me gusta Martin Luther King que además hizo piquetes (interrumpiendo el tránsito),
si a mí me gusta Chávez y además su oposición venezolana hace piquetes (interrumpiendo el tránsito)
y si me gustan los piqueteros argentinos que también interrumpen el tránsito,
no es cierto que las cosas me gusten o no porque juzgo en función de la interrupción del tránsito
(me lo podré creer -y quizás, marketineramente, se lo podré hacer creer a otros- pero no es cierto).
Para ponerlo en blanco y negro (y no porque desconozca que existen las gamas de grises y los colores y la luz ultravioleta y la infrarroja) sino para tratar de explicar un poco más "descarnadamente" lo que estoy tratando de decir:
Si no me gusta Martin Luther King ni las interrupciones de tránsito y sí me gustan Chávez y los piqueteros argentinos, algo debo hacer para compatibilizar todos estos sentimientos.
Esa compatibilización no debiera pasar por negar los hechos (por ejemplo: ¡¡ los piqueteros argentinos están tan oprimidos que hasta tienen que recurrir a cortar el tránsito !!, ¡¡ Chávez es un héroe que tiene que pelear contra los groseros que le cortan el tránsito !! o ¡¡ Martin Luther King fue malo y grosero ¿vieron como instigaba a cortar el tránsito? !!, eso son sólo marketin-gadas, pero no constituyen demostraciones de nada).
Tampoco esa compatibilización debiera pasar por decir que los piqueteros argentinos nada tienen que ver con la oposición a Chávez y por lo tanto son incomparables (por supuesto que son dos cosas distintas, pero ambos cortan el tránsito y por lo tanto, en eso sí son comparables).
Así que el camino es arduo, mucho más arduo:
No se pueden sentir, al mismo tiempo, cosas contrapuestas, eso lleva a tener problemas personales.
Tampoco se pueden negar los sentimientos, también eso produce problemas personales.
Entonces ¿qué se puede hacer?
Bueno, me parece que lo que se puede hacer es usar los sentimientos y emociones para buscar la verdad, pero cuando se llegó a algo que parece ser la verdad, hay que juzgarlo sin los sentimientos. Si todo encaja y es coherente (lo que no quiere decir que sea cierto), buenísimo, sino deberé darme cuenta de que algo de lo que siento deberé abandonar y reacomodar lo que siento.
¿Cómo se hace? No tengo la más pálida idea (después de todo, como decía Mafalda, a los entusiastas nos basta con ser entusiastas no tenemos por qué solucionar los problemas).
En el caso hipotético de mi burdo ejemplo, desde un punto de vista no emocional, la compatibilización es bastante sencilla: sólo se trata de descubrir que los cortes de tránsito son bastante intrascendentes respecto de lo esencial que se está conversando (o que son independientes de lo esencial por lo que se debe juzgar) y por lo tanto no debe usarse como EL o UNO de los argumentos para "demostrar" lo que se cree (es justamente lo contrario de la posición marketinera que dice: si un argumento puede inducir o inclinar a alguien a que crea lo que decís -sea o no cierto- DALE NOMÁS).
Desde un punto de vista emocional, como dije, es más complejo porque para solucionar el problema hay dos posibles caminos (y eso implica elegir, ¡¡ a la mierda, esto se está poniendo muy pero muy difícil !!): uno es dejar de sentir lo que se siente sobre alguno o varios de los partícipes (Chávez, Martin Luther King o los piqueteros argentinos), el otro es dejar de sentir lo que se siente sobre los cortes de tránsito.
Por supuesto, lo más común es no solucionar el problema, por ejemplo negando la existencia de una contradicción, calificando al que dice algo (en vez de hablar de lo que se dice, se pretende hablar de quién lo dice), trocando la discusión sobre las ideas o hechos en ataques personales, provocando al que habla, mezclando cualquier otra cosa para confundir, etc. etc. etc. (es decir: lo que hacen los políticos en los que, artera o confundidamente, se deposita "la democracia").
Respecto de las políticas inmigratorias y raciales también suele pasar lo mismo: se pretende distraer la atención cambiando el tema a si un país tiene o no derecho a establecer soberanamente sus políticas al respecto, si tiene o no tradiciones sobre aceptar inmigrantes, si ... ... ... lo que sea, en vez de discutir si una determinada política al respecto es buena o mala, si reúne todos los requisitos necesarios en el trato a seres humanos (porque los inmigrantes, además de inmigrantes, son seres humanos, a pesar de ser inferiores por el sólo hecho de tener que "escaparse" de su país), etc.
Alemania es un gran país, disciplinado, organizado, ha tenido y tiene grandes pensadores, intelectuales y artistas (también ha hecho cosas indeseables como haber engendrado a los ancestros del que escribe), es un gran país y tiene independencia y soberanía, debe haber tenido una muy buena política industrial para llegar donde está y puede establecer otras políticas (y tiene el derecho de hacerlo).
Ahora bien ¿qué tiene que ver eso con la defensa de la política de inmigración y racial que aplicó el régimen nazi? A mi juicio, nada, la política nazi al respecto es buena o mala de por sí, no por todo lo que se quiera mezclar para evitar un juicio justo e independiente de otras cosas. Tampoco se puede acusar a alguien de "anti-alemán" porque no está de acuerdo con esa política nazi (esto, por supuesto, es lo que hacían los nazis para confundir con su propaganda).
Quizás sea posible que si un país ha basado parte de su acumulación de riqueza en la inmigración forzada de seres humanos de otra raza para explotarlos económicamente y les ha negado, por las mismas razones de explotación económica, sus derechos durante casi doscientos años, queden resabios legislativos, costumbres, hábitos o creencias de aquellas épocas (tené en cuenta que estoy hablando de hace muy pocas décadas).
Quizás como en Argentina las tradiciones son distintas (tené en cuenta que hasta se protegió a los inmigrantes nazis) no nos demos cuenta de que esas cosas pueden estar sucediendo.
No me considero en condiciones de dilucidar esta posibilidad pero vos que sos antropólogo (es decir, alguien versado en los polos de los antros) quizás me puedas aclarar esta duda.
¿Todo esto para decirte que te estoy agradecido por tus recomendaciones sobre cómo compartir fotos?
Bueno, los sábados a la tarde, por mi casa brotan los juncos, su aroma se me va al "celebro" y se me entremezclan las "nourenas".
jorge stange
PD1: Me parece que todavía estás necesitando muchísimas cachetadas de sargentos de policía para poder enderezar tus ideas por el camino bueno y ancho (tu blog dixit)
PD2: Stamo tutti fregatti, stamo (me refiero a eso de darle documentos a los bolitas, paraguas, perrunos y otra gentuza de baja ralea):
Ils viennent jusque dans nos bras à voler notre travail et bonheur, ils viennent ¿N'est pas?
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*El Alto, 18 nov.-* Aplaudido y ovacionado por espectadores a lo largo del
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